Cuando un amigo se va, algo se muere en el alma y sin duda el fallecimiento de Gilberto Espina Coballes deja un vacío muy difícil de llenar. Ha sido un buen hijo, un cariñoso esposo, un padre con corazón de cofradía, pues no solamente lo era de una manera muy especial para su hija y nieta, sino también para sus empleados a los que trataba con verdadero amor paternal; un buen vecino conversador y amable, con el que mantenía agradables parrafadas cada vez que nos encontrábamos, casi siempre sobre temas que un servidor había publicado en La Crónica de Piloña o con la esperanza de sus crónicas automovilistas de sabios consejos para los conductores; un alcalde cordial que supo crear en el Ayuntamiento de Piloña, un clima de sana armonía entre los diferentes grupos políticos y ha sido uno de los mejores pregoneros del Festival de la Avellana, del que se sentía muy orgulloso, pues es lo cierto que lo había llenado de acertadas sugerencias, fruto sin duda de su perspectiva del concejo, desde la atalaya de la alcaldía de Piloña. En cuanto a su trayectoria profesional y política, transforma el modesto taller mecánico de su padre, en un bien equipado Servicio Oficial Renault y colabora con su esposa (Pepa) y su hija (Concepción), en la apertura de un comercio de calzado de alto standing; su paso por la Alcaldía de Piloña y el Parlamento Autonómico, nos ha dejado buenos recuerdos como la primera gran inversión en vehículos y maquinaria de obras municipal; desde el Ayuntamiento y el Parlamento Regional (en su condición de Diputado), propició la ubicación en San Cipriano del Colegio de Formación Profesional. Pero la obra cumbre de su mandato, es para mi gusto el Paseo del Sol que ha resultado uno de los espacios públicos más disfrutado por los infiestinos, paseando a la vera del rio Piloña, bajo la gratificante sombra de la arboleda de ribera. Y sin que sea de menor cuantía, la técnica y el criterio empleado en la construcción de este importante equipamiento público, tales como: 1),- Que los bordillos de las aceras tienen los cantos redondeados, lo que evita la rotura de cubiertas al rozar con ellos y 2),- Que para dar uniformidad y la anchura necesaria a la calle y aceras, se han utilizado los voladizos del tamaño que hubiera sido preciso, sin ningún tipo de limite en lo que respecta a sus dimensiones.
¡Gracias Gilberto por ser como fuiste y por todo el bien que nos hiciste ¡