Buenos días a todas y a todos. Estoy seguro que muchos de ustedes, se estarán preguntando que estará haciendo un paisano como yo, en un sitio como este. Y no les falta razón, pues yo mismo no se qué contestar al respecto, habida cuenta de que no soy productor de manzana, ni llagareru, ni sidreru con pedigrí, ni escanciador y si se dice que “periodista es aquel que escribe de todo si saber de nada”, imagínense que podré hacer yo que no llego ni a pseudo-periodista. Menos mal que tuve el apoyo incondicional de una periodista profesional como Mariola Menéndez ¡Gracias Mariola! Lo que no es obstáculo, valladar ni cortapisa para que intente antes de entrar en materia, tratar de justificar tamaño atrevimiento.
MODESTO CURRICULUM SIDRERO: 1),- Yo nací en un chigre que olía a sidra, -con las habitaciones situadas en la parte de atrás de un modesto Bar Marina más conocido por “Casa El Roxu” –estoy hablando del año 1935—situado al lado del Cine Covadonga de Infiesto. Por lo tanto respiré desde el primer minuto de mi existencia, el embriagador aroma de nuestra bebida tradicional asturiana recién escanciada, nada que ver con la futura e invasora sidra de Don Simón y Estrella de Galicia, que tratan de irrumpir con su arrasador potencial económico, compitiendo con nuestros llagareros de toda la vida. Menos mal que por lo menos nuestra tradicional botella verde, no la podrán utilizar; 2),- Que en nuestro humilde establecimiento teníamos sidra de Bonifacio “La Barquera, Lucindina Baragaña; Juanito Díaz de Antrialgo, Llagar de Sotiellu, Viyella de San Román, etcétera. Naturalmente de forma alternativa y nunca todas a a vez. Las sidrerías Importantes de Infiesto (Bar Estrada y Bar El Puente) se abastecían de los llagares de Manolín de Herminia de Mestres y de su hijo Manolo el de la Cobaya, que tenían su principal mercado en la Cuenca Minera. A propósito del último de los citados, recuerdo un anuncio muy simpático pintado en la pared del fondo de la Bolera del Bar Estrada, que decía más o menos: “Con centollu o ensin él / /non desperdicio migaya / esta sidra fézola Manuel / n´él llagar de La Covaya”; 2)- Que después de que dejar el bar y poner la tienda, nos quedamos con 20 cajas de envases –eran de madera para 12 botellas—para poder seguir comprándola al llagar y que no nos faltara nunca a la hora de la comida, la merienda o la cena; 3),- Que en la actualidad cada vez que comemos fuera, trato de que lo hagamos en sidrerías o restaurantes que tengan sidra y que para esta familiar cofradía de la sidra, he conseguido captar a mi mujer Mary Carmen y a sus hermanas Charo y Luisa y que siempre pido que sea de Nando (D.O. Mestres) de la tercera generación y por lo tanto nieto de Manolín de Herminia y el único llagareru profesional que nos queda en Piloña. Me gusta su sabor, me alivia su frescura y me sienta bién, puesto que con una sola botella, me encuentro más animado, conversador y alegre, sin olvidar la autorizada opinión del bioquímico y nutrólogo colungués Dr. Grande Cobián, cuando dice: “esta bebida es tónica, sedante, febrífuga, diurética y laxante”. Con estos avales, ¿quién se resiste a no disfrutar de este verdadero néctar de los Dioses? ; 4),- Que gracias a mi primo Bernabé Cuétara y a mi amigo Nando, la sidra nunca nos falta en nuestra casa. Y 5),-Que cuando entro en un bar que no tiene sidra, no se lo que voy a pedir. Menos mal que en la actualidad, ya se puede tomar también en muchísimos restaurantes, bares y cafeterías.
LA MANZANA: la duda sobre si ha sido primero el huevo o la gallina, no se dá en la dualidad Manzana-Sidra y de acuerdo con este aserto iniciamos nuestro comentario con lo que aparece primero: la manzana.
Según Carmen Fernández de Ochoa “……ya antes de los romanos, la sidra constituía bebida común entre los habitantes de Asturias”.
Y de forma generalizada y con referencia a la España romanizada, el propio Plinio en su “Historia Natural”, consigna que: “el manzano nace espontáneamente en los montes – sobre todo en los húmedos—y también se halla cultivado en los llanuras”
POESÍA DESCRIPTIVA: En la poesía del presbítero y poeta Bruno Fernández Cepeda, fallecido en 1803 en Villaviciosa, que en equilibrado verso, casi llega a enumerar la cuarentena de especies y que dice así: “Tenemos de la manzana / ranetas, blanques y pardes / la tardía y la temprana / camoeses, de rabu llongu / les de San Pedro y de barra / de balsain, vizcaines / peros de inviernu y de alba / de ñuera, panera, Infiestu / balbonís, prieta, mesada /de coloradina, d´osu / camiadu, carne de vaca / carabiones, de caleyu / repinaldes y d´escanda / picones y castellanes / ramones y ñuera blanca / de pardona y de Bilbao / de San Xuan y de monsaca / de Ana Menendi y d´Aldonza / Y otres de triba tan basta / que por ser inomerables / ye imposible numeralas “
POESÍA HUMORISTICA: Con Les manzanes de mió tierra, vienen a nuestro encuentro los versos festivos de Eduardo González Herpers, Yuppo, que dicen así: “’’Manzanines de mingán / de reineta o collorada / La que ya comien moros / y tous s´ésbabayaban / hasta que los vió Pelayu / y dixo ¡mi parta un rayu / dexennos sin pomaradas ! / Yo d´estoria non sé pizca / mió palabra non ye ufana / mas pienso que la Reconquista / ¡ entamó per la manzana!”
POESIA LÍRICA: De la ópera “Don Rodrigo”, música del Maestro Ginastera y letra de Alejandro Casona, con el verso intimo y palpitante de este último: “Allá en las verdes Asturias / las de las verdes montañas / las de los castaños verdes / y la mar acantilada / Allá en las verdes Asturias / ha nacido la esperanza. / Allá en los verdes prados /Allá en las nieblas altas / allá en los montes bravíos / verdes de musgo y manzana / Allá en las verdes Asturias / se alzan tu cruz y tu espada”.
Después de este recorrido por el mundo de la historia, la poesía y la realidad de la manzana, me permito realizar las siguientes sugerencias: 1),- Tratar de eliminar la incómoda vecería (una cosecha buena un año y otra mala al siguiente) con los trabajos de investigación de la Estación Pomológica de Villaviciosa (hoy Centro Experimentación Agraria de Villaviciosa), consigan dar con la solución de este importante y gravoso problema de la manzana de sidra, teniendo en cuenta de que tal situación no se dá en la de cuchillo o de mesa. Con ello se evitaría: 1),- Que en los años de malas cosechas, los lagareros se vieran obligados a comprar manzana fuera de nuestra autonomía, con el consiguiente daño para la calidad de nuestra asturianísima sidra; 2),- Facilitaría la consecución de la ansiada Denominación de Origen; 3),- Evitaría que en los años de buena cosecha, los fabricantes no absorbieran la totalidad de la producción asturiana, al tener que atender a los proveedores foráneos de los años malos; 4),- Que habida cuenta de que constatado el hecho de que tanto las frutas como las hortalizas que se dan en Asturias, son mejores que las de otros regiones o países, ¿qué razones hay para que no se produzca en nuestra autonomía, manzana de cuchillo o de mesa, suficiente para el consumo interno de momento y con posibilidades de exportación en el futuro?; 5),- ¿No habrá posibilidad de recuperar aquella preciosidad de manzana (Mingán), que además de ser sabrosísima, era perfecta de tamaño, forma y color y que a la vez de halagar al paladar, deleitaba a la vista? Y 6),- ¿Qué tal estaría que aprovechando que no tenemos bandera en Piloña, se creara una con los colores de la manzana (verde, amarillo y rojo) con unas avellanas de gran tamaño en campo amarillo, para que estén representados estos dos frutos de tanto raigambre en nuestro concejo ?
LA SIDRA
Cuando nos topamos con un concejo como Piloña –en pleno corazón de Asturias– y contamos con un alcalde siempre dispuesto a respaldar cualquier iniciativa cultural-deportiva-ludico-gastronómica como Iván Allende; con un precursor en materia de concursos de sidra casera como Miguel Rebolledo; con los incansables, inasequibles al desaliento y enamorados de nuestra bebida tradicional como Luis Sariego, Avelino Fuentes y sus familias; con un jurado de la categoría de: Fernando Álvarez de Sidra Mestas (Infiesto), Severino Cueva de Sidrería Vilaviciosa (C/ Gascona-Oviedo), Luis Piñera de Sidra Piñera (Gijón), Benjamín Vallina de Sidra Vallina (Peón-Villaviciosa) y Miguel Junco de Sidrería Oscar (Infiesto); con unos presentadores como el “todo-terreno” de Viti Rodriguez y con la genética de Andrés Aguado (“el que a los suyos asemeya / en nada yerra”); con un joven escanciador como Daniel Fuentes; con los siguientes 50 piloñeses que nos regalan 1.200 botellas para su degustación (25 % más que el año pasado), consiguen que esta segunda edición del Concurso de Sidra Casera de Piloña, que ya apuntaba buenas maneras en la primera cita del 2015, consolide su vocación de permanencia en nuestro calendario lúdico-festivo-gastronómico. A continuación la relación de los intrépidos llagareros artesanos piloñeses que optan al concurso: Juan Noriega (Miyares), Marcos Martino (Borines), Félix Ormeño (Vallobal), Ubaldo Obaya (Pintueles), Luis Corzo (Sevares), Enrique Granda (Priede), Enrique Sánchez (Villamayor), Jesús Fraile (Anayo), Blas Prida (La Baraya), Hipólito Molina (Ques), Alberto García (Cereceda), José Manuel García (Los Collaos), Jorge Álvarez (Villamayor), José Luis Prida (Pintueles), Ramón Alonso (Pintueles), Almudena Marina (Pintueles), José Cardín (Priede), Secundino Palacios (Sevares), Fernando Norniella (Sevares), Roberto Redondo (Coya), Pablo Gancedo (Coya), Fernando Calleja (Coya), Luis Fernández (Coya), Natalia Díaz (Coya), Lucinio Roza (Coya), Gonzalo Alonso (Coya), Arturo Valiente (Coya), Fernando Rodríguez (Coya), José Antonio Préstamo (La Baraya), Vanesa Benito (Biedes), Iván Diez (Fuentes), Miguel Montequín (Infiesto), Antonio García (Anayo), Javier Longo (Sevares), Angel Solares (Miyares), Saúl Fresno (Miyares), Daniel Camblor (Espinaréu), Pablo Cueli (Coya), Antonio Canga (Priede), María Antonia Aladro (Bierces), Iván Fernández (Pintueles), Alejandro Castañero ( Coya), David Redondo(Coya), José Manuel Carreño (Trambarria), Fernando Marina (Sevares), Iván Curreya (Cadanes), Pedro Sigüenza (La Piñera), José Elías Fernández (Cereceda) y Oscar Fernández (Coya). ¡Que ganen los mejores, pero a todos nuestro más sincero agradecimiento, habida cuenta de que sin vuestra presencia el concurso no tendría sentido ¡
CIEN AÑOS LO CAMBIAN TODO: En el capítulo que D. Nicolás Martínez Agosti –bisabuelo del abogado Enrique Martínez-Hombre y Carrero-Blanco– dedica a la sidra en Piloña, allá por principios del pasado siglo, podemos leer: “….solo encontramos la industria forzada de la fabricación de la sidra y decimos forzada, porque el cosechero de manzana que llegada la sazón de recogerla sin esperanza de venderla a nadie, porque todos la cosechaban en mayor o menor escala, y se encontraba con el fruto expuesto a perderse, no tenía más remedio que montar un tinglado para machacar aquel, extraer el sumo, conservarlo y esperar a algún comprador que solicitara su caldo. Así era infinito el número de lagares en Piloña. ¡Y qué lagares! Daba pena presenciar a fabricación de la sidra”
NADA MAS LEJOS DE LA SITUACIÓN ACTUAL: en cuanto a que: 1),- Nuestros llagareros no hacen sidra forzados, sino alegremente libres y estimulados por su acendrada asturianía y con la satisfacción que les reporta el saborearla en compañía de sus amigos; 2),- Que en la Piloña actual “no da pena presenciar la fabricación de la sidra”, sino más bién la alegría se desborda en estas labores en las que se puede saborear alguna que otra botelina del año anterior; 3),- Que nuestros llagareros miman la manzana; mayan a tiempu, trasiegan como es debido, cuidan la limpieza de los cascos (pipes, toneles, duernos, botelles) y conservan la sidra a la temperatura adecuada; 4),- Que la sidra de los llagares pIloñeses, non tien taste, fai bon vasu, espalma y mexiase bien, non tién química y tien bon corchu; 5),- Y que no debe ser tan mala, cuando los primeros clasificados del año pasado, dejaron en tan buen lugar a la sidra de Piloñá, en los mejores concursos de sidra casera de Asturias. ¿Hay quien dé más ?
POESIA ÉPICA: que nos ofrece Benigno García “Marcos del Torniello” y que dice así: “Amin naide me retruque / nin me lleve la contraria /cuando falo de la sidra / que se bebe na quintana /porque doi un cevellazu / que me caso con mió alma / si non lleva que arrascar/ pa tres meses ena cama/ Que non fale tan siquiera / de la lorza de la saya /de mi ma con manospreciu / ni a la sidra i ponga tacha /que si non, me caso en baxo /rebaráxoles, non cata /otra pinta de la llechi / de los tetos de la vaca /nin apreba mas boroña / nin gorguta mas palabra /porque llevenlu entre cuatro /pa la ultima morada / Que la sidra que ye sidra /manteguera, la qu´espalma,/ la que tien un palo güeno/ qu´´escentella i fiende-i l´alma / la que esfecha en panizales /en el vasu de la cara / esa sidra dexa bizcos / a los vinos de Campaña”
LA SIDRA EN ASTURIAS: Es difícil suponer que la mayor parte de los asturianos tuviese acceso frecuente al consumo de sidra y menos aún de que lo produjesen durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Las razones son sencillas de explicar: Asturias fué siempre un país extremadamente pobre y la falta de empleos fuera de la agricultura, enviaban a la emigración a grandes contingentes de personas. Asi pues la sidra debió ser un producto del que la mayoría de lo asturianos no debían paladear, más que en contadísimas ocasiones.
Pero surge en la segunda mitad del siglo XVIII, importantes cambios que podemos concretar en los siguientes: 1),- Roturación de tierras antes no cultivadas, que permitió el crecimiento agrario; 2),- La llegada de las Indias del maíz y les fabes; 3),- El aumento de la población que pasó de 150.000 habitantes en 1591 a 371.000 en 1802, que es la época de expansión de los hórreos y de la mayoría de los palacios o casonas; 4),- La mayor disponibilidad para el gasto de los labradores, pescadores y artesanos y 5),- La demanda no procedió solamente del mercado interior, ya qu la exportación creció también especialmente a América.
LA CRISIS DEL 1969 Y LA RECUPERACIÓN DEL 1980: desde hace algunos años se viene observando una importante disminución del consumo, que cambia de sentido a partir del 1980, motivado porque la juventud se pasa de la cerveza por la sidra.
NUEVAS NORMATIVAS PARA LAS SIDRERIAS: entre otros requisitos están el de ofrecer más de un palo de sidra y escanciarla. En cuanto a esto último me parece una buena medida, para conservar un gesto que es bueno para la cultura, para el turismo y para el paladar, cuando la sidra revive sus valores organolépticos dormidos en la botella, al romper contra el vaso.
EL PALABRERU DE LA SIDRE: A mi gustame, Cai bien, Dexase tomar, Entra bien, Pué bebese, Pué pasar, Ta bueno, Ta cantarino, Ta de pistón, Ta sabroso, Ta prestoso, Ta pa day, Ta pistonudo, Tien bon palu, Ye de bandera, Ye de restallu, Abre bien, Espalma bien, Fai bon vasu, Fai revolguinos, Faltai tiempu, Non da la cara, Nun fervió, Non ta tocada, Pega al vasu, Rasca un poco, Ta ablanao, Ta adelantao, Ta amante, Ta avinagrao, Ta axiblatao, Ta baxo de color, Ta del tiempu, Ta desvanecío, Ta duro, Ta dulzono, ta encabezao, Ta floxo, Ta fresco, Ta llandío, Ta mal echao, Ta mal encantelada, Ta muerto, Ta mui fecho, Ta mui frio, Ta pa corchar, Ta tierno, Ta volador, Tien agridulce, Tien agrin, Tien aguja, Tien bombillín, Tien color, Tien espoleta, Tien estrellín, Tien estrucipié, Tien mal corchu, Tien muncha química, Tien poca grasa, Tien resquemor, Tien secante, Tien tastu, Tien turrín, Tien daqué, Ye barrigono, Ye blando, Ye cabezono, Ye de muyerines, Ye del sapu, Ye fino, Ye gordo, Ye nuevo, Ye sidre fema, Ye sidre macho, Ye sidrina, Ye vieyo, Ye xampan francés, Pa la fábrica, Tira p´atrás, Ye de fondones, Ye de nisu y Ye puxarra.
Y como despedida y cierre, dar las gracias a este sacrificado público, que soportó a pie firme, la pesadez de mi pregón y sugerir a la Asociación de Sidra Casera de Piloña, –que si la disponibilidad económica lo permite–, se ponga el año que viene a disposición de los miembros del jurado –a excepción de Nando y Miguel— un taxi para el retorno seguro a sus respectivos domicilios.
¡Gracias y hasta el III Concurso de la Sidra Casera de Piloña-2017!
MANOLO MARINA
Publicado en los números Nº 152- Septiembre 2016, Nº 153- Octubre 2016, Nº 154- Noviembre 2016, Nº 155- Diciembre 2016, de La Crónica de Piloña